El medio ambiente y los soportes de información impresos y electrónicos
Por Cesar Antonio Chumbiauca - junio 20, 2018
El 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente con un
llamado de la ONU de rechazo al uso del plástico descartable. En cuanto a los bibliotecarios
y archiveros, el compromiso ambiental está más relacionado, obviamente, con los
soportes que utilizamos para organizar, compartir y preservar la información. A
continuación, unos apuntes del impacto que tienen los soportes impresos y
electrónicos sobre el cuidado del planeta.
Según cifras del portal Euromonitor International, el consumo
mundial de papel para impresión y escritura ha descendido en los últimos años,
desde 106.084 toneladas producidas en el 2012 hasta 101.492 toneladas en el
2017. Solo en el Perú, en ese mismo año, se produjeron 32 toneladas (a
comparación del 2012, con 42). Pero cabe señalar que, aunque el consumo de
papel ha disminuido, paradójicamente la publicación ha ido en aumento. Tomando
como caso nuevamente el Perú, para el año 2000 se registraban 1819 ISBN de títulos
nuevos y reediciones; sin embargo, en plena era digital, la producción se
disparó a 5834 registros en el año 2016 (Jaramillo, 2017). Esto expresa un
compromiso de la industria papelera con el medio ambiente, la disposición de la
sociedad hacia el reciclaje y la orientación del sector editorial hacia la
publicación digital.
No es necesario aquí debatir
sobre la extinción del libro impreso, porque mientras existan personas que se
sientan muy cómodas con la lectura en papel, va a persistir y no es algo malo. No
obstante, el entorno digital ofrece la posibilidad de no editar ni imprimir
aquello que no urge. Las editoriales
editan tirajes más ajustados a la demanda del mercado y a su vez proponen el
libro electrónico; algunas universidades han dejado de imprimir tesis y
revistas científicas aprovechando para ello los repositorios y bases de datos;
incluso existen proyectos de bibliotecas sin libros como la biblioteca de la
Universidad de Florida. Menciónese además la preservación digital como una opción
para salvaguardar documentos valiosos, lo que resulta un reto intelectual y
tecnológico para archiveros y bibliotecarios.
No todo es color de rosa. Los
aparatos electrónicos consumen energía para su fabricación y funcionamiento, pero
se convierten después en desecho; peor aún con aquello de la obsolescencia
programada. Mientras, detrás de Internet, las empresas que le dan soporte utilizan
ingentes cantidades de energía para el mantenimiento de sus centros de datos y servidores,
que es lo que llamamos la nube o cloud
computing, para ello existen extensos complejos del tamaño de pequeños
pueblos fantasma. Tales servidores tienen problemas serios de calentamiento por
lo que se está ideando maneras de construirlos en países fríos, el Ártico, incluso
en el fondo del mar como el Proyect Natick de Microsoft.
En resumen, de cualquier modo, el
planeta se ve afectado y aunque no lo parezca, producir información en grandes
cantidades -el big data- demanda
recursos que afectan al medio ambiente, aunque es cierto que siempre será más
grave la deforestación. Pero, así como la industria papelera está fusionando el
papel reciclado con la pulpa de celulosa que obtiene de la madera de los
árboles, las compañías de servidores también pretenden reducir el uso de
energía convencional por energías renovables para no sumar al calentamiento
global. Siendo así, debemos alentar las acciones en beneficio del medio
ambiente.
César Antonio
Chumbiauca
Referencias:
- Jaramillo, B. (2017). Estudio diagnóstico del perfil editorial del Perú. Lima: Cámara Peruana del Libro; Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, Cerlalc-Unesco
- Euromonitor (18 junio 2018). Economies and Consumers Annual Data. Production of Printing and Writing Paper. Recuperado de: http://www.portal.euromonitor.com/portal/statisticsevolution/index