Bibliotecarios, archivistas y teletrabajo
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Aunque son más las
pérdidas y los hechos lamentables a causa de la pandemia, algunas cosas buenas
han surgido; entre ellas, la oportunidad de experimentar nuevas formas de
interacción que sabíamos que existían, pero que postergábamos por miedo,
desidia o simplemente porque no lo creíamos necesario.
El teletrabajo es una de
esas actividades que de la noche a la mañana las organizaciones han puesto en
práctica. Puede que sea bueno para algunos y malo para otros, dependiendo del
ritmo de trabajo y el tipo de quehacer de cada quien. Los más metódicos y los
que tienen poca o ninguna carga familiar, encontrarán que tienen más tiempo; otros
sentirán que hagan lo que hagan, el trabajo habita con ellos, incesante, sin
treguas, algo que más bien podría ser un abuso del jefe o el empleador.
En lo que toca a los
profesionales de la información, circula una infografía muy interesante que la revista
francesa Archimag elaboró con base en una encuesta
aplicada entre abril y mayo de 2020, y que aborda cómo el teletrabajo afecta a
archivistas, bibliotecarios, documentalistas y veilleurs (que quiere decir “vigilante” o “monitor”, un profesional
que, al parecer, detecta y anticipa información útil para fines estratégicos de
las empresas). Para no complicarnos, dejemos de lado a los documentalistas y
los veilleurs y pasemos a comentar
los resultados que obtuvieron los bibliotecarios y archivistas en dicha encuesta.
Archivistas
El 83 % teletrabaja y el
17 % solo parcialmente. Poco más de la mitad de los archivistas encuestados
manifestó que por primera vez trabaja remotamente.
Entre las ventajas que
encuentran, está el hecho de que ahora pueden organizar su tiempo como les
place y que se sienten menos estresados que en una oficina. Además, la carga de
trabajo aumentó ligeramente y sus actividades tampoco han cambiado mucho. No
obstante, un inconveniente que más resaltan es que les parece que se ha perdido
la frontera entre la vida personal y profesional.
Sus proyectos
prioritarios son desarrollar el archivo electrónico, ordenar los documentos
digitales y realizar trabajo de monitoreo.
Bibliotecarios
92 % teletrabaja y 21 %
solo parcialmente. Los bibliotecarios, en comparación a los archivistas,
documentalistas y veilleurs, son los
que más realizan por vez primera trabajo remoto. No obstante, la mayoría
también cree que ahora puede organizar su tiempo a su gusto y que, en segundo
lugar, tiene más tiempo para informarse, aunque solo el 47 % dijo sentirse
ahora menos estresado. Una información curiosa es que casi la mitad extraña a
sus compañeros de trabajo. Otra cosa es que el 44 % manifestó que sus tareas
han cambiado mucho.
Proyectos prioritarios: la mediación digital, curación de contenido, animación y tutoría…
Es evidente que el teletrabajo es una actividad nueva para la mayoría de bibliotecarios y archivistas. Esta pandemia que nos exilió de nuestras salas y depósitos, no nos ha detenido, sino por el contrario, nos ha retado, no solo en el uso de la tecnología, sino en la forma en que nos organizamos. Qué importante es tener en casa un espacio exclusivo para el trabajo con el menor ruido posible, con un cómodo escritorio y el equipo tecnológico necesario. Si no lo teníamos, pues debemos pensar en invertir en ello, aunque volvamos a trabajar en una oficina. Y lo otro, que quizás es lo más importante, es la organización del tiempo. Se dice que cuando Albert Einstein trabajaba en una oficina de patentes era sumamente disciplinado y concentrado: terminaba todo por la mañana y el resto del día dedicaba su tiempo al ocio intelectual. Ya sabemos lo que logró.
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