No es suficiente medir el éxito académico de un investigador por la cantidad de sus publicaciones. A eso hay que añadir la calidad y el impacto tanto científico como social. Pero por alguna razón, la cantidad impera, seguramente porque a más publicaciones hay más oportunidades de ser citado. Si uno publica mucho, pero es honesto, no habría nada que recriminar. El asunto es...