El 23 de octubre tuve la
oportunidad de ser invitado al I Encuentro de Escritores y Poetas organizado
por la Sociedad de Poetas y Narradores de la Región Lima, Filial Huaral, celebrado en la Biblioteca Municipal de dicha ciudad. Participé como
bibliotecólogo y pude compartir con poetas, escritores, filósofos, periodistas
y educadores un poco de la historia bibliotecaria universal hablándoles del
erudito y controversial bibliotecario Gabriel Naudé (París, 1600 - Abbeville,
1653).
Lo que conté sobre
Gabriel Naudé es lo mismo que he venido contando en diversas ocasiones en este
espacio escrito, dejando en claro que mientras vivió, el bibliotecario francés
fue un figura reconocida de su tiempo, al punto que fue convocado por hombres
de poder como los cardenales Richelieu y Mazarino para organizar su biblioteca,
siendo llamado posteriormente por Cristina de Suecia, la reina intelectual, la
mujer que convirtió su nación en el acogedor territorio de las letras, adonde
fueron a conocerla pensadores europeos como René Descartes.
Busto de Gabriel Naudé en el Palais de l'Institut, París. |
En mi ponencia, que fue breve, procuré dejar en claro esa faceta de Naudé, quien amó ser un bibliotecario cazador de libros y llegó a escribir el primer tratado de bibliotecología de la historia. Pero, además, destacó también en otros planos como el pensamiento político, llegando a escribir un libro sobre los golpes de estado, concepto que él fundó y que defendió porque, hay que decirlo, fue un humanista del tipo maquiavélico. Por esa razón, algunos críticos han dicho sobre Naudé que si bien fue un defensor de que las bibliotecas debieran ser abiertas al público, nunca tuvo una intención filantrópica, pues despreciaba a las personas que no demostraran estar a la altura de una conversación erudita. Para Naudé el único amor que importaba era el del conocimiento. Eso se evidencia en la segunda edición de Advis pour dresser une bibliothèque, donde afirmaría que el bibliotecario debía ser necesariamente una persona culta y que las bibliotecas, sobre todo, son el lugar más propicio para el ejercicio público de la razón.
Participantes del evento ladeados por cuchimilcos en el Boulevard Gastronómico Cultural de Huaral. Aquel día también se recitaron poemas al aire libre. |
Y aquel 23 de octubre de
2021, me sentí un poco como Naudé —salvando
las distancias— al escuchar y compartir distintas
perspectivas sobre la lectura, el libro y la cultura con otras personas
vinculadas a las letras. ¿Cómo alguien se hace lector? Fue, por ejemplo, la
pregunta que nos hicimos mientras almorzábamos. Al dar mi punto de vista como
bibliotecario comprendí que al formar parte del círculo cultural también
tenemos mucho que decir y que los demás aprecian nuestro comentario siempre que
tenga lógica y fundamento. Sé que como yo deben existir otros bibliotecarios
integrados a otros grupos, aportando desde nuestra mirada en espacios
culturales, proyectos sociales y en asuntos de cualquier otra índole con
carácter multidisciplinar.
Aprovecho para agradecer la magnífica atención de la poeta Patricia Huacanca y el escritor Fernando Pebe, quienes conformaron parte del equipo organizador que extendió la invitación a los miembros de la revista Otlet de bibliotecología. Y también a la Subgerencia de Educación, Cultura, Deporte y Juventud de la Municipalidad de Huaral por brindar el espacio, un almuerzo exquisito en un restaurante campestre de la zona y un paseo por el Castillo de Chancay. Estoy seguro que todos los presentes nos sentimos a gusto.
César Antonio Chumbiauca