Tal vez algún día me
preguntes: «Papá, ¿por qué te gusta leer?». Bueno, te responderé, no es que me
guste el acto de leer en sí mismo porque leer es como mirar, comer o respirar,
es algo natural, algo que las personas debemos hacer; además, así como hay cosas
que no te vaya a gustar mirar, comer y oler, también hay cosas que me gustan
leer y otras que detesto, sobre todo no te imaginas cómo detesto leer oficios,
memorandos e informes de oficina, la jerga burocrática es un martirio y mucho
peor cuando se piensa que deben ser voluminosos, con muchos adjuntos, aunque
sea innecesario. Al final de cuentas es documentación que puede ser pertinente
para ciertos proyectos o para que los funcionarios de integridad o futuros
historiadores encuentren detalles sobre los sistemas administrativos, yo qué
sé. Pero eso para mí es pesadísimo de leer y aún más de redactar.
En cambio, me gusta leer
buenos libros y revistas. La literatura me encanta, aunque debo confesar que me
encantaba más cuando era más joven, pues en muchos libros encontraba historias
y versos que me inspiraban a amar y a luchar, a mirar la vida desde los
sentimientos de los personajes de las historias, a soñar, a emprender viajes y
a fabricarme aventuras.
Ahora cada vez me siento
poco atraído por las novelas y los poemas, aunque a algunos poetas y escritores
siempre vuelvo, como Oswaldo Reynoso y César Vallejo; siempre vuelvo porque es
como escuchar cada cierto tiempo la canción que te gusta. Pero desde hace
algunos años mi interés mayor es por el ensayo, tal vez porque la vida adulta
de alguien que pasa los treinta años está más afectada por las cuestiones
públicas, por la economía, la política, la sociedad, todo lo que ahora me
afecta directamente y que afecta el país donde te vas a educar y la seguridad
de mi familia. Un adulto serio debe entender las dinámicas sociales y enseñarle
a su hijo un poco las filosofías del mundo.
También me gustan las
revistas, sobre todo las impresas, aunque yo mismo trabajo y colaboro para
revistas digitales. Las revistas impresas me atraen no solo por lo que dicen
sino también por su composición y porque son todavía como las enciclopedias que
ojeaba en mi niñez, que cuando las cogía terminaba topándome con temas que no
buscaba y que terminaban asombrándome, especialmente cuando contenían
fotografías, mapas e ilustraciones. Las revistas, como tienen un componente
gráfico y otro narrativo, son muy entretenidas cuando se leen impresas. Y lo
mejor es que las puedes coleccionar si quieres.
Podría hablarte de otras
cosas para leer, como los periódicos, los cómics, los cuentos para niños. Hay
muchas cosas sabrosas para leer y que se disfrutan más cuando quieres ponerte
ocioso.
Espero saber inculcarlo.
César Chumbiauca Sánchez
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Imagen principal: Congerdesign en Pixabay.