El pasado 14 de noviembre se
celebró el Día del Bibliotecario Peruano. En seminarios, congresos y
conferencias realizados en distintos puntos de reunión académica se habló mucho
sobre el valor que tiene esta profesión en la promoción de la investigación, la
educación y la cultura. Y aunque abundó
el relato de experiencias exitosas, se dejó entrever que queda mucho por hacer.
Para examinar con un ejemplo
esta realidad basta con revisar la nota que el diario La República entregó
acerca de la reedición del primer Atlas Geográfico del Perú, elaborado por
Mariano Felipe Paz Soldán en 1865[1]. En la entrevista
realizada a los dos responsables de la reedición, un geógrafo peruano y un antropólogo francés, declara
nuestro compatriota:
Nos
costó casi cinco años encontrar un Atlas en buenas condiciones. Se visitó
Biblioteca Nacional, la de Instituto Geográfico Nacional, el Fondo Reservado de
la Biblioteca de San Marcos, La Biblioteca de la Cancillería, colecciones
privadas, y era lamentable la falta de una política pública de conservación de
documentos tan importantes. Lo encontramos en la biblioteca en la Colección
Denegri del Instituto Riva Agüero de la Universidad Católica.
Extraemos de la cita un
aspecto clave que hay que combatir: «… y era lamentable la falta de una
política pública de conservación de documentos tan importantes.» Sería una
injusticia decir que las deficientes bibliotecas de nuestro país son causa de ineficientes
bibliotecólogos, aunque felizmente nadie lo dice. ¡Sería un disparate!, si al
igual que les sucede a los archiveros de carrera, no nos dejan trabajar. Buenos
bibliotecólogos hay y que trabajan en el Instituto Riva-Agüero, por dar un
ejemplo. Pero el Instituto Riva-Agüero pertenece a la Pontificia Universidad Católica y la
Universidad Católica es privada. Las
cosas se complican en las bibliotecas públicas o de entidades nacionales. Aquí
los profesionales afrontan las trabas burocráticas, la larga espera de sus
proyectos, los bajos presupuestos y un tristemente etcétera. Aquí el profesional
se las arregla como puede, por lo cual la calidad de su biblioteca está a la
altura de sus agallas.
Por su franco trabajo y la chambaza que tiene por delante, el
bibliotecario se tenía muy bien merecido su día.
César
Chumbiauca
3 Comentarios
ME GUSTARIA QUE HICIERAN UNA SEMBLANZA A LA GRAN LABOR QUE REALIZO LA DIRECTORA ROSA SANCHEZ PIZARRO EN LOS AÑOS 1980 EN LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DEL CALLAO EN FAVOR DE LA COMUNIDAD CHALACA
ResponderEliminarME GUSTARIA QUE HICIERAN UNA SEMBLANZA A LA GRAN LABOR QUE REALIZO LA DIRECTORA BIBLIOTECOLOGA DE LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DEL CALLAO EN FAVOR DE LA COMUNIDAD CHALACA
ResponderEliminarEstimada Sandra, he estado averiguando sobre Rosa Sánchez Pizarro, pero no cuento co información sobre ella. Tal vez tú puedas proporcionarme información o en el mejor caso podrías tú misma escribir la semblanza, lo corregimos y lo subimos con tu firma de autora. ¿Qué te parece?
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