Lectores digitales que no leen libros digitales
Por Cesar Antonio Chumbiauca - septiembre 23, 2014
El
consumo de libros impresos ha disminuido mientras que la edición de libros
electrónicos ha ido en crecimiento. Casi podemos decir, anticipándonos a las
cifras estadísticas, que es una verdad a simple vista. Pero también podemos
decir que todavía la cantidad de libros impresos que se editan en el mercado
sigue siendo mayor que la de los libros electrónicos, es
decir, hablamos de un avance inversamente proporcional donde el libro
tradicional, por el momento, sigue imponiéndose. ¿Significa que llegará a
desaparecer? Es muy difícil que eso
pase, pero pudiera suceder. Por ahora, ¿por qué no hablamos mejor de los
lectores digitales para conocer cómo está la
situación?
Me encantó el
término “lectores multiformato” en el artículo de Julio
Alonso Arévalo, José Antonio Cordón García y Raquel Gómez Díaz, Comparación
de los hábitos y perfil del lector digital entre Estados Unidos y España
(Anales de Documentación, 2014, vol. 17, n° 1). Allí se refieren bastante al
lector digital, haciendo énfasis en que un lector digital es aquella persona
que usa dispositivos electrónicos para leer, sí, pero para leer qué. Pues para
leer el twitter, las noticias, un blog. Pero puede que no lea libros
electrónicos, a menos que use un dispositivo dedicado de lectura como un Kindle
y no una tableta que se utiliza para tantas otras cosas.
Si bien en uno y otro caso hay que diferenciar que la lectura digital no es exclusivamente la lectura de libros como la mayoría de los informes parecen indicar. En el caso de España, al igual que el de Estados Unidos los lectores digitales superan a los lectores impresos. Pero si diferenciamos los lectores de libros y los que lo hacen sobre dispositivos no dedicados, entonces las cifras se inclinan claramente hacia la lectura impresa, si bien la lectura digital va teniendo un crecimiento continuado y sostenido. (p. 13)
En la última Feria del Libro de
Buenos Aires se habló de un tema similar. El periodista Luis Pacora redactó un
informe sobre la opinión de los especialistas en esa feria. En el informe E-book o el objeto antes llamado libro
(Buen Salvaje, n° 11, mayo-junio, 2014), Luis Pacora apunta una noción más
clara sobre el lector digital, por ejemplo el lector de las redes sociales. Hay
una diferencia entre información y contenido en la lectura digital. Dicha
diferencia la anotó de las palabras de Aliénor
Mauvignier:
Para Alienor Mauvignier, representante de la prestigiosa librería francesa Ombres Blanches, es necesario establecer a priori la diferencia entre información y contenido. Si bien las redes aglomeran un público fundamentalmente juvenil, su uso está restringido a la transferencia de información cotidiana, mas no de literatura. «Existe mucha preocupación en los libreros por lo que pasa allí, pero no creo que Twitter se vaya a convertir en un modelo de publicación literaria. Dudo mucho que un tuit logre trasmitir lo mismo que un cuento», afirma. (p. 19)
El Perú es un gran ejemplo de que
puede haber muchos lectores digitales, muchos más que los lectores
tradicionales, pero poquísimos de libros electrónicos. La razón la recogió
bastante bien Luis Pacora de boca de Eugenia Mont, quien reflexionó así.
«Perú no es un país de grandes lectores, el índice de lectoría es menos de un ejemplar por persona, si bien existe un importante acceso a la tecnología, el uso que se les da a las tablets o smartphones no es para la lectura». (p. 18).
César Chumbiauca
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