El Papa Francisco: libros, literatura y bibliotecas

Por Cesar Antonio Chumbiauca - enero 29, 2018

(Bergoglio en sus épocas de maestro)

A diferencia de algunas sectas ortodoxas, la Biblia no es lo único que se lee en la Iglesia Católica. Las sagradas escrituras se apoyan en fundamentos teológicos que resultan de una profunda erudición. Además, desde el Renacimiento y con el fin de evangelizar a los pueblos, la Iglesia ha promovido siempre una educación sobre la base de las humanidades. Si esto no fuera así, entonces el Vaticano no tendría una de las bibliotecas más importantes del mundo ni existieran respetables universidades católicas. A esto hay que añadir que si un sacerdote siempre es un hombre de letras, ¡cuánto más ha de serlo el Sumo Pontífice!

De joven, Jorge Mario Bergoglio, más conocido como el Papa Francisco, obtuvo una licenciatura en Filosofía y otra en Teología. Entre 1964 y 1966 enseñó literatura y psicología en colegios de Santa Fe y Buenos Aires. Fue también profesor de noviciado y ha plasmado sus ideas e inquietudes cristianas en más de una quincena de libros. Es así que podemos reconocer que el actual Papa tiene una enorme predilección por la lectura. Incluso, en una búsqueda simple en Google, encontraremos listas de obras literarias que son sus recomendaciones, no solamente religiosas, sino hasta de novelas seculares como El señor de los anillos de J.R.R. Tolkien. 

También es sabido que en los setenta salvó la biblioteca de una de sus amigas más apreciadas. Aquella mujer llamada Esther Balestrino de Careaga, paraguaya, fue perseguida política por sus ideas comunistas y más tarde torturada y asesinada en la Argentina. Ella le confió a Jorge Mario su colección de libros antes de que fuesen destruidos por sus inquisidores. Varios años después, cuando Jorge Mario Bergoglio visitó Paraguay, convertido esta vez en Papa, recordó su amistad con Esther por encima de las diferencias de ideas y la admiración que sentía por ella. Al respecto de las diferencias de pensamiento, este hombre de la fe también tuvo una amistad breve -digamos un acercamiento- con Jorge Luis Borges, el escritor argentino. Borges no era católico y propugnaba más bien el agnosticismo.

Hay otro gesto curioso del Papa. Cuando mandatarios de todo el mundo lo visitan en Roma, él los recibe en la Biblioteca del Vaticano. Obviamente, uno de los regalos que le llevan con mayor frecuencia son libros. De esta manera Donald Trump le ha obsequiado libros sobre Martin Luther King; Rajoy, de España, un facsímil del libro De aetatibus mundi imagenes, que data de 1500; y Evo Morales libros sobre las cualidades medicinales de la coca; en su visita Pedro Pablo Kuczynski prefirió no ofrecer más lecturas y más bien le llevó un bastón incaico, un cuadro de la virgen Desatanudos y una camiseta de la selección peruana.

Y a propósito de su reciente visita al Perú, la Municipalidad de Lima le editó el Libro de Historias y Dibujos para el Papa Francisco, básicamente compuesto por los cuentos de un grupo de niños, jóvenes y adultos inspirados en la vida del Santo Padre.

Ahí tenemos entonces al Papa Francisco. Un Pontífice que tiene una gran predilección por los libros y que ha formado, junto a su vocación religiosa, un carácter intelectual que le permite reconocer los problemas de la realidad social y adentrarse en la mente inquieta de los hombres. A de ser una delicia hablar al menos una hora con el Papa, aunque uno no sea creyente.


César Antonio Chumbiauca

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