Por César Chumbiauca
La bibliodiversidad es una palabra de reciente origen y
que compete a editores, libreros, bibliotecarios, escritores, maestros y
público lector. Incluso tiene hasta una fecha de celebración. Cada 21 de
setiembre se festeja el Día B, también conocido como el Día
Internacional de la Bibliodiversidad. Es promovido por la UNESCO y
asociaciones de editores independientes, y suele manifestarse a través de la
liberación de libros, es decir, que algunas editoriales o cualquier persona
dejan en algunos lugares específicos (bancas de parques, librerías, centros
comerciales) algún libro para que otra persona pueda tomarlo libremente y
llevárselo a su casa. Sin embargo cabe preguntarse por qué existe este día, qué
simboliza, qué es la bibliodiversidad.
La antropóloga Ivana Mihal es especialista en este asunto. Ella ha
observado en qué medida las políticas estatales se ocupan de la diversidad
cultural y cómo la UNESCO, los editores independientes y las bibliotecas le han
hecho frente a los nocivos dictados neoliberales de la Organización Mundial del
Comercio (OMC), promotora de una globalización despreocupada de los grupos
humanos excluidos. Mihal explica: "La bibliodiversidad se
vincula con los temas, las ediciones, los autores, pero además involucra las
posibilidades de construir imaginarios, idiosincrasias, visiones del mundo,
creaciones, ideas, sentidos simbólicos individuales y colectivos, y
experiencias que definen la variedad humana."
Esto significa que la bibliodiversidad no solo promueve nuevos
autores y nuevas lecturas, sino que trata al libro como un vehículo de
transmisión cultural e instrumento de inclusión social. Para hacernos una idea
preguntémonos lo siguiente: ¿cuántos libros en quechua u otro idioma nativo se
editan anualmente en el Perú? ¿Cuántos libros en formato Braille están disponibles para personas que lo necesitan? ¿Por qué a pesar de tantas
políticas para abaratar el precio de los libros, siguen estando tan caros,
sobre todo aquellos que por su forma de presentación son tan interesantes para
el público infantil? ¿Cuántas bibliotecas públicas encuentra usted cerca de su
casa, y especialmente si vive apartado del centro de la ciudad? Todos estos son
problemas que han despertado el interés de gente que no ve al libro únicamente
como una mercancía. Por esto nace la bibliodiversidad, y el Día B,
para recordar que el conocimiento y la cultura se comparten antes que venderse.
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