Documentando altares espontáneos

Por El referencista - diciembre 17, 2020

Tres bibliotecólogos, un historiador y una estudiante de tecnología en archivística emprendieron un loable proyecto de preservación de la memoria social documentado en el artículo que se comenta a continuación. 


Por César Antonio Chumbiauca. 

Para Didier Álvarez Zapata, profesor de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia (Colombia), la movilización del campo bibliotecológico hacia su autonomía científica abarca cuatro vectores, a saber: el lenguaje[1], el informacionalismo, la gestión del conocimiento y los estudios de la memoria.

Sobre el último vector, DAZ afirma que “la memoria no se agota en los estudios históricos porque está viva, es una representación que nos hacemos del mundo”. Y precisamente esa preocupación por la memoria —en específico, la memoria social es la que llevó a un grupo de investigadores vinculados a la Escuela Interamericana de Bibliotecología a emprender un proyecto que culminó en la publicación de un artículo titulado “Memoria en la calle: repositorio de altares espontáneos creados en Medellín entre 1980 y 2014”. Los autores son Sandra Arenas, Juan Camilo Vallejo, Alexander Betancur, Camilo Ramírez y Yuliana Lopera.

Recopilando la memoria

Campeaba en ese lapso de años el narcotráfico y el conflicto armado, la sangre que corría por las calles paralizaba el coraje de la población para enfrentarse directamente contra grupos desalmados. ¿Se podía actuar de alguna manera? Los autores cuentan: “En los casos analizados en esta investigación se está frente a sujetos y comunidades confrontados con poderes impuestos por las armas y el miedo. Aun así, ellos encontraron las formas de hacer algo, de manifestarse frente a situaciones injustas”.

Esa manifestación primero se dio con grutas y cruces levantadas sobre el lugar donde personas inocentes habían sido asesinadas. Más tarde, ya no fueron solo imágenes religiosas, sino también murales, grafitis, placas y otros objetos con los rostros y nombres de las víctimas. Todos esos “altares espontáneos” fueron minuciosamente recopilados en videos, audios y textos por los investigadores gracias a la información que brindó la comunidad al enterarse del proyecto.

Una vez reunida la información, el siguiente paso fue la implementación del repositorio. Los detalles técnicos también son explicados en el artículo; no obstante, el trabajo no termina en la realización de la plataforma, sino que se plantea al final una reflexión muy valiosa que tiene que ver con algo que menciona Rafael Augusto Restrepo, uno de los entrevistados en el video documental de la investigación: "Yo siento que la memoria tiene un papel, sobre todo, transformador. Más que una memoria que nos siga enumerando datos, acontecimientos, nombres o lo que sea, necesitamos una memoria que nos mueva en el presente, sobre todo que nos ayude a construir un futuro".

Repertorio y memoria archivada

Los investigadores enfatizan entonces en la relación entre repertorio y memoria archivada, planteamiento de Diana Taylor, autora del libro El archivo y el repertorio: la memoria cultural performática en las Américas (Universidad Alberto Hurtado, 2015).

Lo que plantea Taylor es que el archivo “conserva” la memoria para una interpretación posterior, por lo tanto, apunta más al conocimiento que al conocedor; mientras tanto, el repertorio “transmite” a través de la escenificación —el perfomance— la vitalidad de la memoria.

Los autores parafrasean a Taylor: “(…) el perfomance nunca puede ser captado o transmitido por medio del archivo, un video de un performance no es un perfomance, la memoria incorporada está presente en directo y excede la capacidad del archivo de captarla y requiere de la presencia constante de los sujetos, tanto aquellos que lo realizan como de su audiencia”.

No obstante, se deja en claro que archivo y repertorio no son antagónicos, sino “epistemologías diferentes”. Evidentemente, ninguno es mejor que el otro. Los investigadores asientan su posición en relación a la recopilación de los altares espontáneos: “(…) consideramos que algunas acciones performáticas pueden ser registradas, almacenadas y analizadas como acciones de memoria, y los vestigios que resultan de esas acciones performativas son también objeto de posibles formas de archivo”.

Es interesante esta última discusión, pues no solo amplía nuestra visión, sino que sirve para justificar mejor nuestras acciones en el ámbito de la memoria. En todo caso, cualquiera que quiera emprender un proyecto de preservación digital para la defensa de los derechos humanos tiene, en el trabajo de los colegas colombianos, un buen antecedente.

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Documental "Memoria en la calle".



[1] Incluye la promoción, animación y mediación de la lectura


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