Un método para escribir

Por El referencista - marzo 29, 2021

 


No es un método para escribir artículos que serán aclamados. Es algo más general, algo por lo que hay que empezar, un método que, si bien se puede aplicar para un relato o un paper, también puede servir para escribir una carta, un discurso, un informe, un artículo para un boletín, incluso un post para Facebook. Obviamente, cada tipo de texto tiene sus particularidades y su tiempo, pero repito, estas son solo sugerencias para cualquiera que quiera ordenar un poco su proceso de escritura.

1.      Infórmese

Como editor de un magazín para bibliotecarios, he rechazado algunos textos que no decían nada, aunque tuvieran mil palabras. ¿Qué exponían entonces esos textos? Asuntos muy vagos, puras generalidades que pudiera escribir cualquier escolar. Que la educación merece más presupuesto, lo sabemos; que necesitamos bibliotecas, lo sabemos; que la gente lee muy poco, lo sabemos. Lo que se necesita es explicar, ofrecer puntos de vista y, si se puede, proponer soluciones originales con sustento. La única manera de no sonar trillado es informándose, a menos que usted conozca bien el asunto, como lo hago ahora escribiendo esto respaldado por algunos añitos de experiencia.

 

2.      Medite

Todos afrontamos la temible página en blanco, pues siempre es más probable que uno encuentre las mejores ideas mientras está sentado en el inodoro que frente a la computadora. Escuché una vez sobre un profesor de filosofía que llegó a clases con el brazo todo escrito en azul porque no había encontrado papel. Dijo que no podía dejar pasar la inspiración y su brazo fue el único soporte que encontró para retenerla. Otro ejemplo es el de un amigo periodista a quien admiro mucho. Él me dijo que cuando sale a trotar no solo es para estar en forma, sino que da vueltas y vueltas mientras piensa en la estructura y el primer párrafo del artículo que debe escribir. Creo que ese consejo justifica toda esta exposición.

 

3.      Escriba de corrido

Y llega el momento de escribir. Luego de haberse informado, luego de haber meditado sobre cómo planteará su texto y cuáles serán las primeras líneas, puede comenzar a redactar. Sugiero que, si se trata de un artículo, un episodio o un capítulo, lo escriba todo de un solo tirón. No lo deje para después, porque luego es muy difícil retomar la tarea, incluso puede sufrir el peso de una enorme pereza. Es mejor terminar el texto como si estuviera frente a un auditorio con media o una hora para exponer, no pudiendo retirarse sin haber culminado su disertación. Y un consejo más, si escribe, procure alejar el celular y cerrar todas las páginas que tenga abiertas en Internet. Evite cualquier distracción y dedíquese. Si lo hace así, se sentirá muy bien, se lo aseguro. Y no piense todavía en cómo va con la ortografía o si las ideas están bien hiladas. Ya habrá tiempo para una segunda o tercera lectura. Luego de eso tendrá que dejar que su texto duerma unos días antes que pase por el horno de la corrección.

 

4.      Corrija

Confieso que el error de no corregir es notable en mis primeros textos. Cuántas cosas escritas por mí deben seguir vagando en la red para mi vergüenza. Un día debo recuperarlos y guardarlos bajo siete llaves. Pasaba porque no los dejaba reposar. Me precipitaba cuando cualquier escritor experimentado sabe que el primer borrador es engañoso, que todo texto es perfectible, tal vez infinitamente. Corregir es necesario, y no me refiero a contratar a un corrector de estilo, que son ya otros ojos. Me refiero a corregirse uno mismo. Cuando uno vuelve sobre su criatura y bosteza, es mejor escribir de nuevo por más que la noche anterior haya pasado cinco horas frente a la laptop. Escribir no es como hablar, porque la oralidad admite redundancias y muletillas, además que puede ser efectiva más por una adecuada modulación de la voz que por su contenido. En cambio, en la escritura hay oportunidad de borrar, rehacer, usar mejores palabras, reducir oraciones, incluso cambiar de opinión. Entonces ahí sí podrá sentirse orgulloso de su texto, hasta que lo vea un corrector, que siempre encontrará una frase ininteligible o una coma mal puesta. Es natural.

Ahora sí podrá preocuparse por publicar y esperar que alguien, en la mar de información y entretenimiento, se interese por su escrito. Causar interés es todo un asunto, pero ya lo comentaremos en alguna próxima entrega.

César Antonio Chumbiauca

Imagen principal: Stories en Freepik 


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