Lo que la Ley Universitaria hizo por las bibliotecas

Por El referencista - febrero 27, 2023

Como comunidad bibliotecológica debemos estar alertas por la situación de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), pues es evidente que la implementación de las condiciones básicas de calidad hizo bien a las bibliotecas universitarias. Comentaré un caso personal.

Hace algunos años trabajé en la Biblioteca Central de la Universidad de San Martín de Porres. Fue mi primer trabajo como profesional. Aunque realizaba varias tareas, tenía libertad para proponer e implementar cosas que no implicaran costos; la verdad es que se podían hacer muchas cosas porque la biblioteca estaba lejos de ser un modelo. Poco a poco me fui posicionando en la administración del repositorio institucional y desde entonces los repositorios son mi asunto. Fueron cuatro años en los que además hice buenas amistades.

Por esos años apareció la Sunedu. Hubo mucho trajín porque para pasar el proceso de licenciamiento la universidad debía adecuarse en varios aspectos, teniendo que ver algunos de ellos con la colección de libros de la biblioteca, las bases de datos y el repositorio institucional. En los dos últimos aspectos no hubo problemas, porque se contaba con suscripciones a unas cuantas bases de datos y el repositorio venía funcionando desde la metodología Cybertesis, que precedió a la creación del repositorio nacional Alicia.

El retraso estaba en la colección de libros. Si bien teníamos suscripciones con algunas revistas profesionales para el área de Contabilidad y con periódicos como El Comercio, La República y El País, la compra era escasa. Solo vimos libros nuevos para reclasificar cuando se trasladó la Facultad de Odontología al distrito de Santa Anita, lugar donde se encontraba la sede de la Biblioteca Central. Aun así, la biblioteca tenía demanda, especialmente en época de exámenes, pues al menos no faltaban los autores de cabecera.

De pronto todas las facultades comenzaron a invertir en la compra de libros para cumplir con los estándares de la Sunedu. Estábamos felices al ver las nuevas adquisiciones. En ese tiempo también se hizo una buena compra de obras para el Instituto de Arte. Veíamos las facturas y nos sorprendía lo que se había invertido porque era un “billetón”. Por último, ante la inminente llegada de la Sunedu, tuvimos que viajar hasta una de las sedes de la universidad en la ciudad de Arequipa para equipar y ordenar la biblioteca, dejando un servicio estupendo para beneficio de estudiantes y profesores.

Por todo eso, aunque la visita de la Sunedu causó alboroto y mucho estrés, sobre todo porque en ocasiones no entendíamos cómo llenar sus formatos y listados, al final la biblioteca actualizó su material bibliográfico.

Lo que preocupa ahora es si los representantes de las universidades públicas y privadas que integrarán el nuevo Consejo Directivo de la Sunedu seguirán apostando por elevar las condiciones básicas de calidad. Toda mejora o actualización demanda un gasto, pero ahora que las universidades tienen voz y voto en la toma de decisiones, podrían determinar sus prioridades en los procesos de licenciamiento. Con los consejos directivos anteriores todavía había esa independencia, procurando siempre el balance entre la autonomía universitaria y el interés superior del estudiante.

César Antonio Chumbiauca Sánchez

Imagen principal: Foto Sunedu


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