¿Por qué debemos acercar los libros a los niños?

Por El referencista - enero 30, 2023


Cuando una criatura llega al mundo, sus padres se esmeran por darle lo mejor y para eso hacen caso en todo al pediatra, al nutricionista y al psicólogo. ¿Pero también escuchan los consejos de los educadores y los bibliotecólogos cuando hablan de la importancia de la lectura? Estos son algunos beneficios para su desarrollo.

Fuente de valores. Si queremos que nuestros hijos desde muy pequeños conozcan un poco la realidad para evitar tenerlos dentro de una burbuja, la literatura infantil nos puede ayudar. No tiene que ser necesariamente la literatura de dragones y princesas, sino también otras que permitan al menor tener una entrada de valores con los cuales pueda desarrollar poco a poco su propio sistema de valores, pues si careciera de estos le costará tomar decisiones al no contar con elementos para establecer un juicio crítico o estará limitado a su propia experiencia, así, por ejemplo, si sus padres se esmeran por darle lo mejor y están siempre al tanto de él, tendrá como medida de las cosas que todo gira a su alrededor, lo que puede afectar su relación con otros pequeños. En otros casos, si ve a sus amigos maltratar a un animalito, podría no tener claro si hacer eso es bueno o malo, aunque por dentro intuya que hacer sufrir a otros es doloroso. La literatura, por eso, además de maravillarnos con mundos fabulosos, también nos hace ser más reflexivos y empáticos.

Creatividad. Es verdad que además de los libros, los niños también pueden obtener valores de su entorno e incluso de lo que ve en una pantalla. No debemos menospreciar los dispositivos móviles en la educación, pero sí tener claro que en una pantalla las imágenes son dadas; en cambio los libros, aunque sean ilustrados, favorecen la abstracción, la cual es un disparador de la creatividad, y esta no solo sirve para fomentar el espíritu artístico, sino para pensar creativamente cuando se enfrenta a algún tipo de problema, pues a medida que crecemos la vida nos impone mayores retos y necesitamos ser creativos para encontrar salidas a las dificultades.

Léxico. ¿Alguna vez ha escuchado a alguien corregir a otro porque dice “haiga” y no “haya”? El error que cometemos sobre la forma como decimos algunas palabras proviene de la falta de lectura. Es diferente tener un desliz a creer que una palabra se dice de determinada forma, y aunque corrijamos una vez, se puede volver a caer en el error porque no vemos frecuentemente como se escribe. Es la lectura la que nos ayuda a sentirnos más seguros al hablar y escribir. Además, mientras más palabras maneje un niño, más fácil le será comunicarse y desenvolverse en algunas materias.

Pero es difícil tener niños lectores sin padres lectores. Es necesario crear ese ambiente donde la lectura se disfruta —no se impone—; por eso tener una biblioteca en casa es vital, porque tarde o temprano el niño se acercará allí por curiosidad o imitación y no le parecerá raro abrir un libro.

Todo esto nos lleva a pensar en aquellos contextos donde por falta de tiempo u otras circunstancias los padres no leen, y peor aún, donde los mismos maestros tampoco son ejemplo de lectura y la localidad no cuenta con ningún espacio donde bibliotecarios y animadores hagan lo suyo. Debemos ser más conscientes de la necesidad de una biblioteca pública, pues tenemos que admitir que el precio de un libro ilustrado en ocasiones vale por tres comidas de una familia humilde.

Es en ese momento cuando comprendemos la importancia de una biblioteca que funcione, al menos los fines de semana, para que padres e hijos disfruten juntos de esa maravilla que es perderse en la lectura

César Antonio Chumbiauca Sánchez


Imagen principal: El joven Cicerón leyendo | Vincenzo Foppa (-1515), Wikimedia Commons | DP.

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