Fabiola Vergara y su salida de la Biblioteca Nacional
Nos ha
tomado por sorpresa, despertar la mañana del 16 de agosto y ver repentinamente
que la jefa de la Biblioteca Nacional del Perú, Fabiola Vergara, dejó de serlo
y que el ganador del premio Copé 2009, un escritor con sus méritos literarios y
académicos, abogado puneño, el señor Boris Espezúa Salmón, pasa a asumir la
dirección de dicha institución cultural. Al fin y al cabo, es un puesto
sometido a los planes y jugadas del gobierno que se encuentre de turno, y la
jefa bibliotecóloga no era ahora una ficha en ese tablero, más aún con la
inestabilidad frecuente en el Ministerio de Cultura.
Sobre qué
produjo su renuncia, han corrido algunas hipótesis. La más conocida apunta al
reportaje del periodista Christopher Acosta basado en el libro de la presidenta
de la República Dina Boluarte, libro que arrojó un alto nivel de similitud y
que fue prestado de los depósitos de la BNP, como cualquier otro libro, que era
lo más natural; imagine usted que cuando Francisco Sagasti o Alan García fueron
presidentes, la Biblioteca Nacional se hubiese reservado el préstamo de sus
obras, hubiera resultado sospechoso, ¿verdad? La exjefa de la BNP ha recalcado
que no hubo ninguna colaboración activa con el periodista más allá del servicio
de préstamo que se brinda a cualquier ciudadano. ¿Qué pasaría si hay otro libro
de un presidente cuestionado? ¿Si alguien lo solicita, el personal tendrá que
pedir autorización al jefe de la biblioteca para ver si conviene prestarlo?
La otra
hipótesis es que para evitar más protestas que afecten la devastación de
nuestra decreciente economía, el gobierno necesita activar estrategias que
impidan la agitación que le quite el apoyo del empresariado, en ese sentido,
otorgar el cargo de jefe institucional de la BNP a un intelectual puneño le da
un contrapeso frente al amplio rechazo que tiene en Puno.
Pero
volviendo a Fabiola Vergara, una buena parte de la comunidad bibliotecológica
ha saludado su gestión porque ha dejado una buena imagen del gremio. Los
periodistas Rosa María Palacios y Carlos Cornejo han descrito con adjetivos
positivos su trabajo, considerando que era innecesario el cambio. Vergara ha
sabido retirarse dejando bien en claro los logros de su gestión, tales como la
descentralización de la BNP, la reapertura de la librería Juan Mejía Baca, la
creación administrativa en 58 bibliotecas municipales, entre otros aspectos.
Además, se ha desenvuelto muy bien en los medios de comunicación y ha tenido
siempre una actitud de negociación en un tono cordial, aterrizado e
inteligente.
Quienes
la critican dicen que su señalamiento al poco apoyo del Ministerio de Cultura
para impulsar las bibliotecas debió haberse hecho antes de su renuncia, sin
embargo, tal vez era una mejor carta avanzar sin chocar frontalmente, como dijo
en su post de despedida, “que todo esto se ha logrado a pesar de los constantes
cambios en el sector cultura, que actualmente atraviesa un período crítico
debido a la poca visión, la falta de transparencia, la arbitrariedad de las
decisiones y la socavación de la institucionalidad por parte de la alta
dirección del Ministerio de Cultura”.
¿Cuál
será el nuevo rumbo que tome la Biblioteca Nacional del Perú? ¿Cuál será la
impronta de su nuevo jefe? ¿Tendrá esta vez el apoyo del Mincul para concretar
al fin un robusto Sistema Nacional de Bibliotecas? Ya veremos.
César Antonio Chumbiauca
Imagen principal: Agencia Andina.
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