Reconocimiento al Centro de Gestión del Conocimiento del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja
Hace
más de seis años, el Centro de Gestión del Conocimiento (CGC) del Instituto
Nacional de Salud del Niño San Borja era estrictamente una biblioteca médica
limitada a servicios tradicionales, pero cambió su denominación para ampliar
sus funciones.
Hoy
en día, entre otras actividades, el CGC prepara un proyecto de alfabetización
en salud y realiza difusión científica a través de un curso denominado «Martes
de divulgación» en el marco de la atención a pacientes pediátricos; asimismo,
dentro de un enfoque intercultural y descentralizado, ha colaborado para que
algunos artículos de la revista especializada del instituto sean traducidos a
la lengua quechua en su variante collao y también al awajún.
Por todo ese trabajo, el 17 de agosto pasado el CGC recibió el Reconocimiento «Jorge Basadre Grohmann» 2024 - Edición Bicentenario, otorgado por la Biblioteca Nacional del Perú en la categoría de Buenas Prácticas Bibliotecarias, específicamente, en la subcategoría de Innovación de la Gestión Bibliotecaria.
Foto: Linda Grd. |
Fomentando la honestidad en la investigación
científica
Rosa
Linda Grados Casimiro, bibliotecóloga a cargo de CGC, cuenta que actividades
como los «Martes de divulgación» han fomentado que los artículos publicados por
los investigadores del instituto sean sometidos
al comentario y dudas de sus pares, algo así como una especie de club de
lectura virtual en el ámbito de la salud pediátrica que además es un ejercicio
de honestidad científica.
«Todos
los que se conectan tienen diversas dudas o preguntas, por ejemplo, expone un
médico cuya especialidad es rehabilitación y se conecta un médico de otra
especialidad y le hace consultas vinculadas a la especialidad de este médico
que pregunta, entonces el rehabilitador le dice es cierto, yo no soy de la
especialidad, pero te comparto mi experiencia, te comparto el trabajo que hemos
realizado; entonces también es un grupo multidisciplinario que se reúne a
escuchar, a compartir, a debatir, porque también han habido algunas ocasiones
en las que se han observado estas publicaciones, pero el invitado está listo
para responder, sea la parte de la metodología, cómo recolectó los datos, conclusiones, resultados, el médico está
presto a responder», señala Rosa Linda Grados.
Trabajar
como bibliotecaria médica en un lugar como lo es el INSN San Borja es un
desafío que incluso puede ser más demandante del que se realiza en las
facultades de medicina humana, pues los médicos están altamente especializados
y la información que consumen muchas veces puede ayudar a tomar decisiones de
vital importancia.
Rosa Linda Grados Casimiro, bibliotecóloga a cargo del Centro de Gestión del Conocimiento. Foto: César Chumbiauca. |
Aprendiendo de los pacientes
Rosa
Linda Grados comenta que al principio bastaba ojear la literatura médica para
terminar el día emocionalmente cargada: «Por ejemplo, he visto literatura con
temas muy chocantes. A veces me piden información relacionada a no sé, abuso
sexual infantil, alguna complicación o patología en niños, en neonatos, y
cuando ves las imágenes o lees el contenido pues al principio sí me chocaba un
montón, pero ya con el tiempo lo veo con otros ojos, con una mirada más
profesional que permita evaluar netamente el contenido de la información que
son datos que nos van a ayudar como insumo para gestionar conocimiento».
Actualmente,
el CGC viene trabajando en un proyecto que lleva por nombre «Biblioteca para
pacientes». Rosa Linda Grados nos lo explica: «Esta propuesta de servicio nos
va a permitir llegar y visitar a nuestros pacientes que se encuentran en
diversos pisos, no solo para pacientes hospitalizados, también para pacientes
de consulta externa. Nosotros tenemos un piso de pacientes oncológicos y
trabajar ahí realmente va a ser una experiencia muy importante y hemos pedido
apoyo de los especialistas en psicología para que las personas que quieran
participar en este servicio —pueden ser voluntarios— tengan herramientas para
poder desenvolverse con los pacientes porque nosotros vamos con todas las
intenciones a leerles un cuento, poder interactuar con ellos, desarrollar
actividades, pero ellos tal vez nos puedan hacer algunas preguntas que debemos ser muy cuidadosos en responder».
Tiempo
atrás hubo una paciente de quince años que padecía un tumor muy avanzado; el
diagnóstico indicaba que pronto partiría para siempre. Para hacerle frente a la
tristeza, el personal médico se organizó y le preparó una fiesta de quince años
dentro del mismo instituto. Rosa Linda
Grados recuerda a esa niña: «Cuando conversaba con ella tenía una mirada
distinta de la vida, no era una persona deprimida, no era apagada, no te
respondía de una forma negativa; siempre estaba positiva mirando la vida y
pensando en que podía ocurrir algo y que sería una gran estilista y ayudaría a
su mamá comprándole una casita, tendría su salón de belleza; ella vendía su
maquillaje en el instituto, usaba pelucas, siempre se pintaba las uñas, se
maquillaba muy bien, a las licenciadas o enfermeras les delineaba o les
depilaba las cejas, vivió feliz y luchaba cada día contra su enfermedad. Ella
ya no nos acompaña, falleció hace unos meses, pero siempre recuerdo sus ganas
de ver la vida y de cómo la valoraba, tal vez sabía el diagnóstico, pero ella
quería seguir luchando. Entonces nosotros, que a veces nos quejamos de cosas
tan insignificantes, es importante que valoremos nuestro día a día, nuestro
minuto a minuto. Trabajar en un hospital hace que tú te des cuenta de que lo
que vives o tus problemas comparados con lo que viven esos niños en su
hospitalización es a veces muy pequeño. Ellos luchan, son unos guerreros».
Definitivamente,
el ámbito en que el que se desenvuelve Rosa Linda Grados ha creado en ella una
empatía y sensibilidad que la hace pensar en cómo ayudar mejor: «Hay
situaciones muy tristes en las que ves a madres, padres, cuidadores, familias
que han perdido un hijo y lloran desconsoladamente en los pasillos del
instituto; vas a calentar tu almuerzo, vas a los servicios higiénicos o a
alguna oficina y en el banquillo está una mamá llorando porque perdió a un
hijo. Para mí es muy importante saber que como bibliotecóloga toda mi labor y
esfuerzo se refleja en mejorar la salud y las condiciones de vida de esos
pacientes que se encuentran hospitalizados o que están recibiendo una consulta
en el instituto. Y como te decía, este servicio de “Bibliotecas para pacientes”
va a tener un soporte y acompañamiento psicológico para nuestros voluntarios,
no van a estar solos».
Foto: INSNSB (Facebook). |
Enfoque intercultural
El
lema del instituto es «Humanizar para sanar», por lo tanto, como centro de
referencia recibe pacientes de todas partes del Perú, de este modo, si llega
una paciente o familiar quechuahablante, el personal debe estar en la capacidad
de brindar la atención sin que el idioma sea una barrera.
En
ese contexto de preocupación y respeto a la diversidad, en el 2023 se
desarrolló una jornada de interculturalidad en tres sesiones: 1) identificación
de la diversidad lingüística; 2) hablar el mismo idioma, proyecto realizado en
colaboración con el Ministerio de Cultura; y 3) programa de nutrición para que
los pacientes reciban sus alimentos según su región de proveniencia.
«Nosotros
como biblioteca o centro de gestión del conocimiento también desarrollamos
actividades con este enfoque intercultural. Ahora estamos desarrollando el
curso “Interculturalidad en Salud” dirigido solo para profesionales del
instituto», señala Rosa Linda Grados.
Finalmente,
sugiere lo siguiente para todos aquellos jóvenes estudiantes y egresados de la
carrera de Bibliotecología y Ciencias de la Información: «Además de este tema
de sensibilización, de empatía, de humanización que debemos tener como
bibliotecarios, pues también debemos conocer sobre metodología de la
investigación, el acompañamiento en las publicaciones, las asesorías para
nuestros investigadores, búsqueda bibliográfica, capacidad de comunicación,
habilidades de innovación. Yo creo que trabajar en un instituto que hace
investigación y docencia nos permite a nosotros tener un mundo de posibilidades
en la cual desempeñarnos y para cada una de esas opciones podemos desarrollar
ciertas habilidades que van vinculadas a la parte de investigación de actividades
de formación docente y de soporte a la labor asistencial».
César Chumbiauca Sánchez
Foto: Linda Grd. |
- El Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja (INSNSB), ubicado en Lima, es un centro hospitalario pediátrico quirúrgico de alta complejidad, especializado en atender a niños, niñas y adolescentes referidos de hospitales a nivel nacional. Su misión es brindar atención especializada en patologías quirúrgicas complejas y trasplantes, además de realizar investigación y docencia a nivel nacional.
- La revista Investigación e Innovación Clínica y Quirúrgica Pediátrica es una publicación del INSNSB. Tiene una edición en quechua Collao y otra edición en awajún.
- En 2024, el CGC ha capacitado a más de dos mil participantes a través de cursos y talleres, incluyendo el I Curso de Actualización sobre Publicaciones Clínicas y Quirúrgicas en Pediatría.
- El CGC cuenta con el apoyo de alumnos del Curso de Prácticas Preprofesionales de la Escuela Profesional de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
- El 28 de diciembre el INSNSB realizará una actividad navideña con los pacientes del instituto, y extiende la invitación a quienes deseen apoyar con donaciones como juguetes, panetones, entre otros.
- Más información en su canal de WhatsApp:
https://whatsapp.com/channel/0029VaNEnT1DTkK0xwGt2u14
Foto principal: INSNSB (Facebook).
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