¿Era más rentable ser bibliotecario antes?

Por El referencista - junio 27, 2022


Un amigo mío cuenta cada vez que puede, en presentaciones y en tertulias, que gracias a su profesión de bibliotecario ha alcanzado una vida acomodada con la que incluso se dio el lujo de viajar por el mundo. Mi amigo está cerca de cumplir setenta años. Cuando era joven decidió estudiar bibliotecología y lo hizo en la antigua Escuela Nacional de Bibliotecarios, el único lugar en el Perú donde hace cuatro décadas se podía realizar tales estudios.

En 1980, mediante un convenio, se trasladó la ENB a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y desde entonces es una carrera universitaria, pero tengo la impresión, tal vez equivocada, de que ser bibliotecólogo no es tan rentable ahora a como lo fue para mi amigo en sus años de ejercicio.

Una razón debe ser que los egresados y egresadas de la Escuela Nacional de Bibliotecarios tenían un estatus especial, pues quienes se formaron ahí solían llegar de colegios de primer nivel y de respetables familias, al menos en sus primeros años, pues luego fue más abierta. Recordemos que hubo un tiempo en que la formación bibliotecaria tuvo carácter elitista, y no fue algo que pasó solo aquí, sino también en otros países, incluso en España una aspirante a bibliotecaria debía manejar mínimamente tres idiomas, contar con un título profesional y demostrar una exquisita cultura. Algo similar pasaba en Colombia, según Didier Álvarez. Nada de eso quita, por supuesto, que los bibliotecarios y bibliotecarias de antaño tuvieran un gran compromiso con su vocación, gracias a lo cual podían terminar trabajando en organismos internacionales como la Unesco. Es el caso de peruanas como Judith Roca Terry y María Antonieta Ballón.


Otra razón a considerar, seguro más potente que la anterior, es que en tiempos en que no existía internet, las bibliotecas solían abarrotarse de usuarios y las instituciones públicas y privadas fuera de las bibliotecas públicas donde la historia es otra solían pagar bien a los bibliotecarios para organizar las colecciones y dar servicios, aún más, les pagaban becas para viajar y capacitarse en el extranjero. Hoy en día ni los profesores universitarios permanecen por mucho tiempo en las bibliotecas. Por eso las bases de datos y los repositorios se han vuelto imprescindibles. Sigue teniendo sus ventajas ir a una sala de lectura, pero seguro que no es como antes.

Los bibliotecólogos seguimos encontrando trabajo con relativa facilidad con el grado de bachiller o el título profesional, pero parece que lo que se gana no es muy alto, aunque superamos todavía a otras profesiones. El promedio de ingreso de un bibliotecólogo entre los años 2017 y 2019, es de 2,148 soles, con un mínimo de 1,500 y un máximo de 3,800, según el portal Ponte en carrera.pe. Para aspirar a ganar un poco más, el título de bibliotecario no es suficiente. Hay que seguir estudiando, llevar posgrados, aprender uno o dos idiomas, asistir religiosamente a congresos, ser autodidacta y un sinfín de cosas que, a medida que se avanza, se hace más complejo, aunque más puertas se abren para quien está dispuesto a pasar por el camino estrecho de las teorías e innovaciones que van a tono con la cienciometría, la big data y la inteligencia artificial.

Es posible que este problema no sea exclusivo de los bibliotecólogos y en general los títulos universitarios no pesen tanto como antes. ¿Quiere usted ganar más con esta profesión? Tendrá que ser paciente, seguir formándose, acumular experiencia y sobre todo atrapar las oportunidades. Lo importante es demostrar su calidad profesional. Lo demás tendría que caer por su propio peso.

 

César Antonio Chumbiauca

Imagen principal: Biblioteca Nacional and the 100 soles note in Peru (Ryan McFarland, 2009).


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2 Comentarios

  1. Apreciado César: Gracias por tu artículo. Un primer punto es que las bibliotecas peruanas, entendidas como colecciones tangibles, seguirán la tendencia mundial de disminuir sus consultas. Sin embargo, el espacio de las mismas se ha convertido en el servicio. Es por eso importante que se conviertan en verdaderos centros comunitarios (con cafés, museo, sala de exhibición, cubículos para reuniones, etc.) El espacio es ahora muy importante. El segundo punto es el salario. ¿Tiene relación este con el deterioro del salario de los docentes de colegio? Creo que se podría investigar la relación (si la hay) en la evolución del salario promedio del bibliotecario y del maestro de escuela. Saludos

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  2. Mira, qué interesante perspectiva, Antonio, la de aprovechar los espacios y en todo caso exponer una colección más exquisita, pienso de pronto en esas bonitas librerías con salones grandes donde se dan presentaciones de libros y eventos sociales muy interesantes. Sobre el salario del docente, no sé si esta se ha incrementado, a lo mejor sí, pero también la vida es más cara que antes. Los docentes sí tienen una situación económica muy flaca. Encontrar la relación con el salario del bibliotecario estaría bueno.

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