Ideas equivocadas sobre los bibliotecarios

Por El referencista - enero 25, 2024

Todas las carreras profesionales tienen un lado que forma parte de la imaginación de las personas que no es cierta y a veces es más bien graciosa, por ejemplo, se cree que los economistas son tacaños y que las profesoras de educación inicial son tiernas todo el tiempo. Estas son algunas cosas que muchas personas creen sobre los bibliotecarios.

 

1.  Los bibliotecarios han leído todos los libros de la biblioteca. Una afirmación ingenua, aunque a favor de una imagen erudita. La verdad es que los bibliotecarios tienen poco margen para leer en el trabajo. Siempre hay problemas que resolver y servicios que atender. Lo bueno es que tienen muchos libros a la mano, pudiendo disponer de ellos con más facilidad que cualquiera.

 

2.  El buen bibliotecario encontrará cualquier libro en el estante solo por su color y tamaño. Es clásico que un usuario que no recuerde el título ni el autor de una obra se aproxime al bibliotecario para que ubique un libro solo por el color o el tamaño. Es posible que lo pueda encontrar, pero en otros casos, ¡cuántos libros pueden coincidir con las características físicas que señala el interesado! Para atinar, el bibliotecario necesita saber también el tema para empezar por alguna sección de la estantería. Pero si no logra ubicar el libro, eso no lo hace un mal bibliotecario. Además, se sabe que a veces los usuarios esconden o colocan los libros en un lugar de la estantería que no les corresponde para que otros no puedan encontrarlo.

 

3.  Durante su formación universitaria, los bibliotecarios llevan un curso sobre cómo forrar libros. La broma es que los estudiantes de bibliotecología llevan cursos como “Vinifan I” y “Vinifan II”. En realidad, todas las carreras tienen un curso fantasioso inventado para la parodia. Lo que sí llevan los estudiantes son cursos sobre conservación y restauración, pero que es un tema más sofisticado de lo que parece, especialmente cuando se trata de material antiguo y muy delicado.

 

4.  Si estudias bibliotecología te librarás de las matemáticas. Es fácil suponer que si la escuela de bibliotecología se encuentra en una facultad de letras nunca se tendrá que ver las matemáticas, sin embargo, buena parte de esta disciplina, si bien no tiene una relación directa con las matemáticas, se aproxima a través de la estadística (bibliometría) y la informática a través de los varios cursos de tecnología de la información en el que se ven asuntos sobre bases de datos y lenguajes de programación.

 

5.     Los bibliotecarios solo trabajan en las bibliotecas. Desde luego que no. El bibliotecólogo está en condiciones de desempeñarse en cualquier lugar donde se gestione información, sea en soporte físico o digital, tanto en el ámbito público como privado. Trabaja en bibliotecas de todo tipo, pero también puede gestionar la documentación de las empresas, vincularse en políticas de promoción de la lectura, brindar consultorías sobre investigación científica, implementar repositorios y biblioteca digitales, etc.


Como vemos, para desempeñarse profesionalmente en una biblioteca se estudia y no se trata solo de pasar libros. Esta es una disciplina interesante en la que muchos han encontrado grandes satisfacciones y además se acomoda a los intereses de cada quien al tener ramificaciones en el ámbito de la tecnología, la organización, la gestión cultural, el marketing, lo matemático, en fin.

 

César Chumbiauca

Imagen principal: Escena de la película La máquina del tiempo (2002).


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